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domingo, 24 de septiembre de 2006

El encanto de vivir



La vida es maravillosa, sólo hay que aprender a disfrutarla y aprovechar agradecidamente todo lo que nos regala.











El vivir ya es ser feliz y por lo mismo la felicidad nos libera de todas las ansiedades, nuestro pensamiento va superándose progresivamente, va avanzando paulatinamente hasta conquistar la ansiada pasividad de nuestra alma y la mansedumbre de nuestra inquieta mente.

Muchas veces he anhelado encontrar la felicidad en los más insólitos lugares para lograr que me acompañe por un buen tiempo, sin embargo muchas veces el fracaso y la ansiedad me han tumbado alejándome del camino a ella.

Es muy difícil poder encontrarla por un golpe de suerte o por un arte de magia, ya que muchas veces se esconde para que primero veamos cual es el real sentido de nuestra existencia, para dónde vamos, qué es lo que buscamos realmente y qué es lo que en esencia nos hará bien como seres humanos , indistintamente de la otra persona que está o estará a nuestro lado, por ser seres con esencias únicas, no copiables, no reproducibles, quizás semejantes pero nunca idénticas.

Nuestra búsqueda debe tener un dejo de alegría que no tiene que ser exactamente una carcajada ni una sonrisa, sino que se traduzca en tener la capacidad de ver a ciertas personas como diferentes, y captar que tiene algo distinto , un no sé qué y que se le ve tan feliz. Y es ahí en dónde empezamos a acoplarnos, a poder ver más allá de nuestros egoísmos, más allá de nosotros mismos, más allá de nuestros ojos.

En general la vida es un enigma, es muchas veces totalmente ilógica, porque va y viene, porque siempre está en movimiento y porque nos traslada caprichosamente a un sin número de lugares, de situaciones que muchas veces no comprendemos; que desconocemos.

En reiteradas ocasiones la vida misma nos descoloca. Los días se nos vienen grises y por lo mismo nuestra alma muchas veces no es capaz de enfrentar estos cambios tan repentinos y se nubla de la misma manera que ellos, convirtiéndose en un objeto inerte, grisáceo y lúgubre, no dejándonos encontrar al sol.

Pero no podemos vivir así, nuestro subconsciente nos reclama y por lo mismo para poder sentirnos bien, debemos de impregnarnos de infinitas paciencias, para comprenderla y para racionalizar que la vida no es pareja , que es compleja, insospechada y que sus procesos nunca son uniformes, sino que a veces se destilan por las más enfurecidas corrientes.

Desde ya está en nosotros saber transformar lo malo en bueno, tenemos la capacidad, somos fuertes aunque existan veces que nos falten las fuerzas, porque los problemas avanzan y cada vez se hagan más grandes; porque somos humanos y flaqueamos , pero finalmente sabemos como solucionarlo, aunque a veces nos cueste y no veamos en el momento la salida.

La capacidad de poder volver lo negativo en positivo, está muchas veces en nuestras manos, ya que somos los forjadores de nuestros destinos en definitiva y todo lo que vayamos plantando a través de este entramada ladera llamada vida, lo cosecharemos en un futuro, de la mejor manera siempre y cuando todo lo que hayamos plantado en buena tierra haya sido con buenas semillas, si no nuestra cosecha será mala o bien no dará frutos por no darse en tierra fértil y abonada, lamentablemente es así y es irrevocable. Necesitamos mejorar nuestros horizontes, aunque hay veces que nos encontramos con gente que no nos desea lo mejor, que están pendientes de nuestra vida, para que al menor traspiés disfruten de nuestra caída.

Pero no importa, debemos seguir, debemos ignorarlos, debemos de rodearnos de gente que sea sincera y que de verdad nos desee lo mejor, gente que sea fiel, honesta, luchadora, verdadera, que podamos sentir que en ellas podemos confiar desde adentro, que en definitiva nos demuestren que sin ningún interés propio, simplemente nos quieren por ser como somos.

Es difícil, lo sé, pero la hay. Hay veces en que no las vemos pero están ahí, sólo falta que salgamos un poco de nuestro ensimismamiento, para poder disfrutar de ellas y de todo lo bello que nos regala cada día la vida.

Somos alquimistas de nuestros destinos por lo que bajo este concepto es tan importante ver las cosas del lado positivo y a las personas de la misma manera. Nadie es perfecto y por lo mismo somos inherentes a comportarnos de maneras insospechadas en situaciones límite, de maneras que no comprendemos , que muchas veces juzgamos porque distan de nuestras propias maneras, porque se salen de nuestra escala de valores, es así, no cabe duda, es la compleja naturaleza humana.

Debemos urgentemente aprender a perdonar, a ser más humildes y así desechar los rencores y los malos pensamientos. Me doy cuenta que muchas veces es bastante difícil, por la envergadura de lo que nos han hecho, sin embargo, es la única y mejor manera de tener nuestra alma y mente más sanas y así ser más felices con nosotros mismos e irradiarlo a los demás, y... ¿por qué no, enseñar un poquito?

Lo que si debemos un poco evitar, es pasárnosla soñando, pero soñando imposibles; construyendo castillos con bases de arena, esa es una mentira a nuestro buen pensamiento ,porque nos crea falsas esperanzas; ilusiones utópicas, nada congruente produciéndonos muchas veces frustración por no poder alcanzarlos, ya que solamente salieron de deseos íntimos sin bases sólidas... ensueños.

He aprendido a que si voy a soñar despierta, debo tener presente que mis sueños deben ser justificados, con metas reales, con personas de carne y hueso, con la voluntad que le aporta mi propia mente , mi propio esfuerzo, empezando en la tierra y después elevándose, con bases de piedra, y con la certera esperanza de que si son alcanzables y que si no resultan, no fue porque no se intentó, fue solamente porque así tenía que suceder. En ningún caso debemos de dejar de soñar, sólo tener presente que no debemos darle veracidad a la mentira y a la mentira verdad.

Es por todo esto que vivir es un milagro, un regalo venido del cielo y hemos tenido el privilegio de poder disfrutarlo.

En este hermoso jardín llamado vida, cada uno tiene su pedazo de tierra, en donde cultivaremos y cosecharemos todas nuestras actitudes y vivencias, ya sean buenas o malas, lo importante es regarlo y abonarlo diariamente para que los pájaros no vengan y se lleven las semillas que cada día plantaremos, somos los agricultures, los dueños de nuestro terreno en donde nuestra vida se va perfilando de la manera que nosotros mismos la construimos.

Proteger nuestro jardín, es una de nuestras más grandes responsabilidades en pos de lograr que siempre esté verde tanto para nosotros como para los nuestros. Hacernos feliz y hacerlos felices esla más noble tarea y la más difícil, es verdad, pero si al menos no lo intentamos seguiremos en la oscuridad absoluta provocando que todos los días vuelvan a ser grises, con noches eternas, y mañanas interminables.

Lo importante es darse con amor y con mucha fe, para hacer de nuestra vida a pesar de todos los problemas que van surgiendo, algo valga verdaderamente, un regalo que hemos recibido para disfrutarlo plenamente. Entendernos, comprendernos y ayudarnos con la mejor disposición unos a otros y más aun con los seres que amamos y que son parte muy importante de nuestro espacio, de nuestro corazón; para así cuando veamos que los letargos de nuestro tiempo senil se acerquen, podamos decir con alegría y eterna paz que todo el esfuerzo y sacrificios valieron la pena; que al volver nuestras miradas a las calles pasadas, veamos los frutos, las huellas que fuimos dejando a nuestro paso y que son únicas como nuestras almas en esta turbulenta pero encantadora guerrera llamada ...Vida.


1 comentarios:

Anónimo dijo...

cada día que la vida me otorga te añoro más mujer.Admirablemente cuerda,magestuosa la inspiración de mis días.
Mi más grande dedicación
Roro