CLICK HERE FOR THOUSANDS OF FREE BLOGGER TEMPLATES »

jueves, 2 de noviembre de 2006

Volviendo a hacer presente el pasado

En esta pequeña instancia de tiempo, inevitablemente me devuelvo y miro hacia atrás, recordando con nostalgia y con callado dolor como la historia que un día escribí, regresa sin piedad y me recuerda que la historia se repite amargamente.


Muchas noches estuve dibujándote frente al mar de una ciudad del norte de mi país, porque es ahí donde guardo todos mis anhelos, mis alegrías mis tristezas, mis batallas , él me comprende. Interminables momentos perdida entre caracolas y algas, acariciada por la espuma blanca de suaves olas, arrojada a veces por una marea encolerizada por mis mismas rabias.
Llena de melancolías he dormido sobre la arena, he despertado soñándote, he caminado enormes distancias sobre la playa para poder olvidarte y en cada huella que fui dejando , se iban abriendo los espejos de cada momento vivido junto a ti cuando todo parecía de una inmensa calma.


Te imaginé más azul que el cielo, más cristalino que el agua; más cruel que la marea, pero a la vez suave como las nubes blancas que surcaban el cielo en ese instante, y más claro que una visión.. Y te creé en ese instante con la sangre agridulce como la mía , producto de todo el desencanto y la desilusión que sentí tan profundamente en mi alma. Con dos ojos como dos océanos, como los míos. Te inventé distinto para poder mantener a ese ser que un día apareció en el mar de mi vida, entregándome tantos momentos mezclados entre intimidades y franco amor y que de pronto golpeó mi vida dándome cuenta que todo había sido una mal hecha fantasía.

Y pensé...¿ por qué se escapó de mis noches, por qué se escapó de mi océano colmado de entregas y vivencias, por qué desapareció tan improvisadamente como queriéndose escapar para no ahogarse en mis aguas, en mis olas, en mi arena?.
Jamás imaginé tener que dejarte ir de mis noches, jamás tuve que retenerte anclándote a mi cama, ni a mi vida, siempre te dejé libre, es más nunca dejaste que te tomara... jamás.

Silenciosos amaneceres tocaron mi espalda ,heladas mañanas besaron mi rostro, solitarios atardeceres desnudaron mis manos ya frías sin que nadie las pudiera volver a acariciar ni entibiar. Pero hubo interminables noches en las que diseñé y tallé cual artesano un amor perfecto que no arrancaría de mis brazos, ni tendría temor a las diferencias, a los problemas,al egoísmo tan tuyo, al fracaso.

Un amor que no pidiera nada, que no se esforzara enormemente en disimular o cambiar lo que yo quería, puro, limpio, que nada, de nada pediría a cambio, sólo ser como es y aceptarnos con la esencia de cada uno. Un amor que se entregaría sin reservas, que no me prometería ningún imposible, que no me dijera “ te amaré por toda la vida”.
Nunca pedí eso.

Diseñé para los dos en una duna cercana a un hotel, cercana a la costa, una casa pintada de azul y blanco, para que emulara el mar infinito y a la blanca espuma diseminada por toda la costa nortina, mi playa, nuestra playa, nuestro nido; y las noches avanzarían entre hilos y agujas: cosiendo tu corazón y el mío para poder reparar todas las hebras que se perdieron por la tortuosa acción de tu tijera, esa despiadada tijera que cortó todo sin poder siquiera dejar un pedacito para volverlo a reparar.
Y en silencio tú ibas admirando mi obra y enorgulleciéndote de mi maestría.

Me tomarías como diosa de todas mis artes y lograríamos ser felices por ser algo, nunca por no sufrir. Mas la Luna se retiró una noche de mi lecho y mis sueños se escaparon, se truncaron, se fueron huyendo despavoridos y me dejaron otra vez sola con mis recuerdos, con este amor truncado por las diferencias, por la maldad, por tus propios miedos, por tus propias inseguridades, por el espanto a perder otra vez la batalla de este amor magno, dejándome tras ellos ese sabor agridulce que se fue perdiendo con el tiempo.

Nuestra casa se desmoronó, ya que la duna de base, no aguantó el peso de las dudas y la desilusión.

Mi realidad, gran amiga del desconcierto, me acurrucó con sus gélidos brazos. Me trajo el amor nuevamente, conciente, decidido, luchador ,jugado; un dulce caramelo para mi boca amarga. Y yo, nuevamente reintentando acomodar los pedazos de este puzzle que jamás se completó.

En mis sueños, llegué a olvidar lo que una vez soñé. Porque para empezar nuevamente hay que comenzar buscando unos labios liberadores, que te muestren el camino, que al besarlos sientas esa sensación magnífica de volar ,si, volar con esa persona todas las distancias posibles, de sobrepasar con un beso todos los obstáculos que va poniendo la vida, siempre unidos por ese sabor nuevo de nuestras bocas.

Sin embargo con mi alma enferma debió regresar al mar.
Allí busqué entre las olas, te entregué a la marea como en un rito, para que te llevara mar adentro, mostrándote la verdad, mi verdad de lo que siempre sentí , y nunca dejé de hacer aunque me haya sumergido en las olas del silencio y el dolor. Y en tu viaje de retorno, ya anclado en la arena, sabiduría de eternos siglos atrás, encontraste los sueños de todo lo ingenuos que fuimos, entonces pudiste llorar, pudiste por fin botar todo eso que te marchitaba, que te ahogaba, que no te permitía ser tú, tus negaciones, tus miedos, tus fracasos, eso que no te permitía avanzar, que se escondía debajo del caparazón de tu cuerpo y del escudo de tu corazón y que sin querer salpicaste a los que más te queríamos; a la que más te quiso...yo.

Lloraste y encontraste el mar que siempre estuvo dentro de ti, desde tu infancia, pero en el cual no querías nadar, para que la marea no te golpeara contra las rocas y te llevara a descubrir lo que realmente estabas sintiendo y que estaba floreciendo con tanta fuerza en tu mente y en tu corazón.

¡Bendito el día en que te reencontraste contigo mismo!!! Si! pero también,¡ maldito el día en que volviste a sumergirte en el más hondo silencio, marginándome de lo que habíamos construido con horas de dedicación y largas charlas de tanta aparente sinceridad y compromiso!

Me desperté aletargada y te encontré, ahí estabas tú, con tu cara de niño, tan azul como en mis sueños, envenenado aún como en la realidad...Pero te digo algo? Que si no triunfáramos los dos, ninguno resultará vencedor.

Tengo mucho temor a que nuevamente tomes tu viaje de regreso a tu mundo , a tus íntimas convicciones, a tu barca y te internes en tu propio mar para una vez más perderte y me dejes tumbada en la arena tratando de buscar respuestas en mis silencios rocosos de lo que realmente te pasa...
Pues ya lo hiciste una vez y no es raro que nuevamente decidas desaparecer sin dejar rastro aparente.

Méceme entre tus cejas, tócame con tus pensamientos, susúrrame al oído tus sentimientos y lo que deseas, lo que te provoco y no permitas que las olas de tus temores y tus principios te arrastren más allá del mar.
Envuélveme en tus besos y déjame ahí hacer mi nido.

Obséquiame flores con recuerdos para no tener que olvidar .Convénceme que el ayer ya ha pasado y hoy... hoy no estás soñando, a que mañana no te irás, que te despertarás con el arrullo del mar, viéndome recostada al lado tuyo, tocando mi piel, enredándote en mis cabellos, y sintiendo esa brisa mañanera del mar del norte tan dulce y salada a la vez, y despertándome con el más azucarado y tibio beso que jamás me hayas dado.

No quiero soñar más, no quiero crearme falsos sueños y esperanzas, no quiero que las sirenas canten en mis oídos como burlándose, melancólicos cánticos de fatiga y desilusión. Quiero despertarme contigo y aún hoy, con tantas pesadillas en mi mente vueltas realidad, sigo tumbada en la arena de esta playa nortina , alentándome a seguir adelante en lo que me he propuesto, gracias a mis firmes convicciones, a mis sentimientos y a mi interna paz.

Gracias mar , por hacer ver mi realidad y por lo que quiero luchar, por darme paz, por nuevamente enrollarme en tus olas y acurrucarme como una madre ya que hija tuya soy y siempre he sido. Gracias por aclarar mis ideas con tus aguas turquesas, gracias por enjugar todas mis lágrimas aumentando tu caudal logrando mi sosiego. Gracias por entregarme la sal para vivir en armonía.. gracias!

Nuevamente la noche llegó a mi habitación, por fin logro cerrar mis luceros y aspirar tu aroma, ese olor tan tuyo que me llega del otro lado de los Andes. Una pizca de sal con unas gotas de mar embravecido.
Abro mis labios para balbucear mis últimas palabras antes de mi profundo letargo, pidiéndote entre caracolas que no invadas más mis sueños con tu desdén y que me convenzas que esto de hoy, de ahora, de tiempo presente, es genuino y verdadero, que puede ser verdadero si sólo tú mismo te lo propones y sólo tú mismo arrojas lejos todas tus incoherencias y malos pensamientos.

Que las nubes de la tormenta ya se disipen y que si viniera otro temporal lo encaremos juntos, enormemente unidos; sin miedos, que no hay vuelta atrás para poder abalanzarme sobre ti y llenarte de todos los besos posibles , e inventar a mi manera todos los que se me ocurran para volver a empezar lo que nunca terminamos. Que puedas brindarte sin ataduras a todo lo que yo te puedo entregar para hacerte un hombre querido y acompañado.

Mi mar no podría jamás volverte a ver partir y si así Dios lo quisiera ,sería yo la que tomará todos los recuerdos, todos mis sentimientos, para esconderlos en un cofre dorado, como el más lindo tesoro que hubiera tenido, devolviéndolo al mar y enterrándolo, para así duerma eternamente en la tumba de donde nunca debió salir.

En tus manos y solamente en ellas está sentirte bien contigo mismo, con la gente que quieres y obviamente con ese ser que un día no muy atrás conociste y que en su tiempo te hizo tan bien, y que te hizo sentirte tan vivo...

Ahora, por fin termino mi noche en esta extraña ciudad impregnada de brisa marina, que vio y acompañó en todo momento mi más eterna crucifixión, mi más dura agonía, mi más dolorosa pasión de la cual aún no he resucitado.

0 comentarios: