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jueves, 1 de febrero de 2007

Lejanía

Cómo una palabra tan fría puede producir un sin fin de sensaciones... un sin fin de temores.








Lejanía es la palabra más dura que he tenido que decir en este tiempo.
Son duros los momentos al ver que las distancias me miran y me sonríen sigilosamente sin el más mínimo pudor. Quizás mi demencia , haga lo suyo también haciéndome ver como todo toma movimiento, sin dejar de acosarme a cada momento.

Silentes espacios de monotonía rodean mis desvelos y asesinan mis ansias de volver a verte .

No puedo dejar de sentir miedo a la palabra pensada y no dicha, al anhelo deseado sin producto, al deseo de vernos sin nunca realizarlo. Temores punzantes se agolpan como caballos de carrera , queriéndo llevarme a quién sabe qué tierras.


Sin más ,los días caminan fugazmente por mi sendero, consumiéndose en los enigmas y las esperanzas de un posible reencuentro anunciado.

Que absurdo es todo esto, dos seres que se aman separados por el destino insolente que los encontró y los juntó como piezas de un mismo juego del cual no hay ganadores ni perdedores , sólo jugadores herméticos esperando lo impredecible.

Se me consume la vida entre sueños del alma , escritos sentidos y profesías malgastadas.
La virtualidad es la amiga forzada que cada noche viene a acompañarme , que comprende lo que siento y lo que he querido gritar hace mucho tiempo.

Quisiera encontrarme frente a frente con el fuego de esos ojos lejanos, que un día me encontraron y sin palabras me dijeron que existe un mundo distinto en frente mío, a pesar de los problemas.
Que la vida se puede vivir con el corazón en la mano y ofreciéndoselo al mundo sin miedos.

Que el fuego de las miradas enciende cada vez más el amor más placentero que hayamos vivido.

Estoy en silencio derribando todas esas murallas convertidas en lejanía , espera e incertidumbre, cada día con mi pala , porque cada vez que las veo , me duele el alma en lo profundo y enfrían mis aguas convirtiéndolas en hielos milenarios.

Necesito derribar esos obstáculos que cada cierto tiempo se procrean otra vez, ya no sé cómo hacerlo, pues ni la grúa más grande me da solución para derribarlos.

La lejanía , ésta tan simple palabra pero que abre los abismos más grandes y enfría los cuerpos más tórridos...sin duda, hace que se apeguen a mi cuerpo todas las partículas de alegrías gastadas en los momentos pertinentes del tiempo en que estuvimos unidos.

Otra vez , el destino me mira , nos mira riéndose sarcásticamente, para que entendamos que el juego no es fácil y menos si los guerreros son vulnerables.


Esa daga fría duele y mucho, llevándome más allá de esta tierra , más allá de la tuya, más allá de lo conocido, porque mi cuerpo se niega a ser herido por ella.

Inevitablemente me encuentro sola en este oasis de pasiones y sentimientos, en esta isla blanca en medio de mis aguas turbulentas.
Estoy demasiado lejos del amor completo, porque se fue y ya no está cerca de mi.

Floto y floto sobre todas las nadas y saco boleto hacia el país de la ausencia.
Donde las eternidades si existen, pero del otro lado, del que nos desespera , del que nos ahoga.


No quiero morir en esta fría lápida de la distancia , porque es absurdo y aberrante ,silente y latente , que nos empuja al borde del irreverente precipicio de los sentimientos.

Quiero descansar en la lápida de la alegría, donde todo es cercano y real, de saberte con sabor a cotidiano , de saberte como algo tan mío, de saberte con olor a hogar a algo demasiado familiar.


Observar como todas las esperanzas del regreso toman forma de flores enclavadas alrededor de ella, mostrándome tu rostro iluminado , contagiándome de todo lo que anhelabas entregarme desde aquel día que los brazos del infortunio te llevaron.
Ver como al final del túnel, me reencuentro con tu cuerpo, ése que tanto ansié.

Quiero morir lejos de la lejanía y del desgano, que fragua toda mi sangre y que la convierte en pedazos de roca inmovilizándome.
Quiero encontrarte y volver a verte en el mismo lugar donde te hallé, sobrio, pequeño, acogedor.

Donde comienza nuestra historia, esta historia repleta de historias de acercamientos, promesas, anhelos y muda tristeza.

Es inevitable como la lejanía parte mi vida en dos, la que me hace revelarme contra lo que no llega, manteniéndome en el borde de lo real y lo virtual y es a mi pesar todo lo que tengo en realidad ,con la que convivo cada día al despertar ,ansiando que termine de una vez y que emprenda su vuelo rapaz tan de repente de donde llegó, para perderse en el lejano horizonte y nunca rehacer su nido cerca de lo que hemos construido con tanto sacrificio, con tanta espera y con tanta esperanza, vencida al fin por el tan piadoso reencuentro.

Me despertaré por fin eternamente , levantaré todos los velos y veré como la niebla se lleva por siempre bajo su oscuro manto, la insana presencia de la lejanía.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Fabuloso doncella,mas te siento a oscuras así te siento; Lejana
Te espero
Rodrigo (roro_11s@yahoo.com)