Poseernos

...esa sublime sensación que nos eleva más allá del cosmos, cuando nuestros karmas se funden más allá de la vida terrenal; esa pureza de sentimientos sólo cuando... creamos el amor.

Poseernos, es como estar naciendo. Es amanecer en todo el cuerpo. Es no tener pasado ni recuerdos.
Es ceñirnos a la piel que enguanta la carne estremecida, el grito, el mar bravío, las rítmicas oleadas de la sangre, la enervante oscuridad de los abismos, las barcas sin amarra, la lava del volcán furioso, el rosal florecido, la voz ronca y sensual, que murmura palabras que abren los sentidos.

Es replegar las alas y acortar los vuelos, aplastar violentamente la tierra con nuestro peso.
Es circunscribirse exactamente a los límites de nuestro propio dibujo, sin salir ni un milímetro de ese contorno que todo lo aprisiona y lo contiene.

Que los caminos huyan hacia adentro. Que el deseo sea red de trama cerrada que no permita que los peces huyan. Que los aprisione con guantes de seda, vivos, en movimiento; relucientes.
Que haga bajar las estrellas, y que pongan luz en cada célula.Que el cielo baje, todo . Y que el infierno suba y crezca, como un bosque de verdes dorados brotando lentamente en ese infinito de sudores.

Poseernos, es estrenar las ansias, es convertir caricias y los cinco sentidos en algo nuevo, nunca antes usado.
Es abrir a golpes de machete un camino en medio de la selva enmarañada. Acelerar la savia de las plantas y agigantarlas.
Es ver por primera vez, oír por primera vez.
Tocar por primera vez. Oler por primera vez.Sentir por primera vez el gusto agridulce de la transpiración conjugada en jazmines.

Que cada vez sea la primera vez, como un ciclo que empieza; como comienza el día y como comienzan las estaciones.

Sentirnos, es multiplicar por dos todo lo bello, lo mágico, lo bueno,lo sensual, lo creativo. Y es dividir a pedazos, todo el dolor.
Es darlo todo y esperarlo todo.
Es tener la generosidad más exagerada y a la vez el egoísmo más extremo.
Es que el yo sea tú, y el que tú sea yo, dos sabios, que saben de qué manera y con qué ímpetu se puede lograr la unidad perfecta.

Son las palabras del karma que nos salvarán la vida, que nos disolverá la angustia y el miedo.
Es la sed del desierto interminable. Y es, de pronto, la jugosa fruta que la sacia.

Es ser cántaro y agua , playa quieta y tormenta, oscuridad y relámpago. Suavidad de seda, aspereza de tronco, huracán y calma.
Juego sereno, caballo desbocado, vértigo de altas cúspides.

Descender hasta el fondo del océano. Marearse entre algas y medusas.
Es explotar el otro cuerpo de pasiones, de esas que arden y queman cada esquina de nuestra piel . De esas que hacen vibrar, estremecerse. Lo que te hace subir las montañas de la locura y descender al valle del éxtasis.

Poseernos, es vencer a la muerte, esa muerte que seca los cuerpos agrietados por la ausencia de caricias, por la ausencia de impetuosas manos.
Es relegarla, perderle el temor y el respeto.

Es ser el puerto en donde nuestros sentidos atracan . Es la marea que nos trae de regreso para otra vez navegar en nuestras cálidas aguas.
Es creer y quitarse los prejuicios para poder ser libres , jugando como niños.
Es poner las dos manos para detener todas las flechas que fueron disparadas, en momentos de confusión.

Saber que la puerta está abierta, pero nos quedamos. Y nos quedamos porque el amor nos necesita y lo necesitamos.
Este encuentro de dos seres de fuego que se aman en el verdadero milagro de ser uno en el otro sin que pase corriendo el tiempo.

Poseernos , sin que tú ni yo lo sospecháramos, sin temores y sin vergüenzas.
Para que alguna vez los dos supiéramos... alguna vez, que hacernos el amor es siempre un estreno, como enamorarse, subiendo y robando las estrellas, para traerlas y cubrir nuestra geografía imperfecta, iluminando cada ángulo , haciendo coincidir lo cóncavo y lo convexo e incendiándonos en sus fulgores.
Pues el fuego purificador traspasa nuestras carnes , haciéndonos cenizas...cenizas que la fuerza de los vientos lujuriosos , perpetuarán en el Cielo.

Agualuna